Así son dos de los acabados más comunes para azulejos
Seguro que has oído hablar de azulejos pulidos y satinados, pero ¿sabrías decir cuál es la diferencia entre ellos? Primero que nada, debes saber que ambos conceptos hacen referencia a distintos tipos de acabados, es decir, el tratamiento final que se da a un azulejo para conseguir que sea más realista respecto a la textura natural que reproducen, como la piedra o la madera, o para cambiar completamente el aspecto de una baldosa lisa.
Aunque nos vamos a centrar en las diferencias entre el acabado satinado y el pulido, no olvidemos que la cerámica es un material realmente rico en acabados. Es habitual que podamos encontrar colecciones con diferentes acabados como el brillo, el mate (acabado opaco) o el lappato (brillante y mate al mismo tiempo).
Ahora bien, ¿Cuáles son las grandes diferencias entre un acabado satinado y otro pulido?
- El acabado satinado lo podríamos definir como un acabado “aterciopelado” que consigue una pieza estética con un tacto suave y agradable que, además, destaca por un efecto mate que permite que se refleje la luz. Se trata de un acabado de fácil mantenimiento que, como ventaja técnica, no supone ningún peligro de deslizamiento.
- El pulido es, sin duda, otro de los acabados por excelencia. Su principal ventaja es que crea un acabado delicado, limpio y elegante que elimina las imperfecciones que puedan quedar en el azulejo. Eso sí, si hay algo por lo que destaca el pulido es por el brillo que tiene y la luminosidad que aporta a las estancias.
Es decir, mientras el satinado nos muestra piezas con un brillo sutil, suave y sedoso, las colecciones de cerámica con acabado pulido son puro brillo y luminosidad. También existen diferencias en el proceso de fabricación de ambos tipos de acabado: mientras el satinado forma parte del proceso de producción de la baldosa y no requiere ningún tratamiento posterior, los azulejos pulidos pasan por un procedimiento especial de pulido de la superficie para poder darle ese brillo único.
Hay diferentes acabados que pueden ser aptos para un mismo tipo de cerámica, aunque algunos resultan más idóneos que otros según los materiales que queramos reproducir. Los mármoles, por ejemplo, pueden contar con acabados pulidos para conseguir el brillo tan característico de estas rocas. Sin embargo, otras colecciones, como las de la madera y piedra, suelen tener acabados mate que simulan mejor esas texturas y que aportan mucha más naturalidad y realismo a interiores y exteriores.
Dependiendo de dónde vayas a colocar tus azulejos y de cuáles sean tus prioridades y tus gustos será mejor optar por un acabado u otro.
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